Vibe-coding: ¿la nueva forma de crear software?
Qué es el vibe-coding y por qué se volvió uno de los temas del 2025
Mientras 2023 estuvo marcado por los chatbots y 2024 por el auge de RAG y los nuevos modelos, el 2025 trajo un concepto que está captando la atención de desarrolladores en todo el mundo: el vibe-coding. La señal es clara: el término ya figura en diccionarios como Merriam-Webster y fue elegido Palabra del Año por Collins, un indicador poco habitual para una tendencia tecnológica tan reciente.
El interés surge porque el vibe-coding redefine cómo se crea software, eliminando una de las barreras históricas más grandes: la necesidad de escribir código. En este modelo, las personas describen en lenguaje natural lo que necesitan —“quiero una app para controlar gastos, con gráficos y alertas”— y la IA genera la aplicación. La conversación reemplaza al código y el foco vuelve al negocio.
De un simple tuit a fenómeno global
El término nació en febrero de 2025, cuando Andrej Karpathy, cofundador de OpenAI y exdirector de IA en Tesla, publicó un tuit en el que hablaba de “un nuevo tipo de programación” donde uno “se entrega a las vibras y se olvida de que el código existe”.
Ese mensaje capturó una realidad que ya venía gestándose: con la madurez de los grandes modelos de lenguaje, miles de desarrolladores y equipos de negocio habían empezado a construir productos describiendo lo que querían, en lugar de programarlo línea por línea. Lo que siguió fue acelerado: medios, startups, corporaciones y comunidades técnicas adoptaron el concepto, consolidándolo como el nombre de un nuevo estilo de desarrollo impulsado por IA.
Hoy el vibe-coding ya no es una curiosidad. Es una tendencia que está transformando procesos, acortando ciclos y permitiendo que ideas que antes quedaban en un PowerPoint se conviertan en prototipos funcionales en minutos.
El poder del vibe-coding
Si ya sabés programar, el vibe-coding no reemplaza tus habilidades: las potencia. Y si no sabés, abre un universo de posibilidades. Es justamente en ese segundo punto donde se vuelve verdaderamente revolucionario.
Hace unos meses recibí una llamada de una excolega del área de capital humano, fascinada con una de estas herramientas. Ella estaba emprendiendo con una app que tenía en mente y había contratado a un desarrollador para materializarla. Después de meses, contaba con un prototipo funcional, pero sentía que todavía no reflejaba la idea que imaginaba. Todo cambió cuando descubrió v0, una herramienta de vibe-coding que viene ganando popularidad. De repente estaba “vibe-codeando” su propia app. Podía generar pantallas con simples frases, ajustar estilos, intercambiar ideas con la IA e iterar sin barreras. Por primera vez tenía un prototipo fiel y semi funcional de su visión.
En Quanam, esta experiencia es cada vez más común. Hoy los equipos de Product Managers, Product Owners y devs usan vibe-coding para plasmar ideas rápidamente y acelerar la definición de MVPs, tanto en lo visual como en lo funcional.
Un ejemplo es Menthor, un producto de microlearning y observatorio de habilidades internas, ideado y desarrollado por el equipo de PMs de Quanam en un proceso notablemente acelerado gracias a la plataforma Bolt. La reducción de tiempos y costos, la facilidad para experimentar y validar funcionalidades, la incorporación de sugerencias generadas por la propia herramienta y la posibilidad de ofrecer una experiencia real en muy poco tiempo fueron claves. Además, permitió democratizar el entendimiento del producto entre desarrollo, Marketing y UX/UI.
Otro caso, más técnico, proviene de nuestro equipo en USA, que en apenas cuatro meses desarrolló casi desde cero un sistema de facturación para una gran empresa de servicios públicos. Aunque existía un sistema previo en Perl y el equipo no era experto en ese lenguaje, herramientas como Cursor permitieron comprender rápidamente los componentes críticos y utilizar ese conocimiento para diseñar una nueva arquitectura moderna. Ese salto aceleró el desarrollo, redujo costos y amplió la base técnica del equipo.
El nuevo stack del desarrollador: asistentes, IDEs inteligentes y una dosis de FOMO
En el mundo de los devs, el vibe-coding ya es parte del día a día. Herramientas como Cursor, extensiones como Copilot, o CLIs como Claude Code y Gemini están entre las más usadas desde hace tiempo.
La combinación entre nuevos modelos, cambios de pricing y funcionalidades que se actualizan de forma constante genera un fenómeno particular: una suerte de FOMO por la posibilidad de que exista una configuración mejor que la actual. Esta dinámica alimenta una búsqueda continua de la herramienta ideal.
Capacidad estratégica
Nueve meses después de aquel tuit inicial, el concepto de vibe-coding evolucionó hacia aplicaciones concretas, metodologías y una nueva forma de pensar el desarrollo, donde la conversación con la IA se vuelve el núcleo del proceso. Lo que empezó como una novedad se convirtió en una práctica cotidiana, útil tanto para devs que quieren acelerar su trabajo como para perfiles de negocio que necesitan materializar ideas sin saber programar.
En ese cruce entre visión y ejecución, entre idea y prototipo, el vibe-coding deja de ser una palabra de moda y empieza a consolidarse como una capacidad estratégica para desarrolladores y organizaciones.
Si buscás acelerar ideas o productos con IA, ¡hablemos!
Kenji Nakasone, Lead AI Innovation Engineer at Quanam
Fuentes
[1] https://www.merriam-webster.com/slang/vibe-coding
[2] https://blog.collinsdictionary.com/language-lovers/collins-word-of-the-year-2025-ai-meets-authenticity-as-society-shifts/
[3] https://karpathy.ai/
[4] https://x.com/karpathy/status/1886192184808149383
[5] https://v0.app/
[6] https://bolt.new/
[7] https://cursor.com/agents