Ética y cumplimiento: ¿obligaciones o ventajas competitivas?

Las exigencias de compliance y ética en los negocios están aumentando tanto en América Latina como en el resto del mundo, debido a variados y numerosos factores:

  • Regulación más estricta: Muchos países están implementando y reforzando leyes y regulaciones para prevenir prácticas corruptas y asegurar la transparencia. Algunos ejemplos reconocidos mundialmente son el FCPA (Foreign Corrupt Practices Act) de Estados Unidos y el UK Bribery Act del Reino Unido. En América Latina prácticamente todos los países cuentan con legislación equivalente, como la Ley Anticorrupción o Ley de Empresa Limpia en Brasil, la Ley de Responsabilidad Penal Empresarial en Argentina, Ley General del SNA (Sistema Nacional Anticorrupción) de México, la Ley Anticorrupción de Chile y la Ley Anticorrupción o Ley Cristal de Uruguay.
  • Expectativas de los inversores: Los inversores institucionales y los fondos de inversión están cada vez más enfocados en criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG – Environmental, Social & Governance). Las empresas que no cumplan con altos estándares de compliance y ética en los negocios pueden enfrentar desinversiones y una menor valoración en el mercado.
  • Demandas de los consumidores: Los consumidores están cada vez más informados y empoderados, y exigen que las empresas actúen de manera ética y responsable. La reputación de una empresa puede verse seriamente afectada si se descubre que no cumple con estos estándares.
  • Tecnología y transparencia: La tecnología facilita la transparencia y la rendición de cuentas. Las redes sociales y otras plataformas digitales permiten que las irregularidades sean expuestas rápidamente, aumentando la presión sobre las empresas para que mantengan altos estándares éticos.
  • Presiones internacionales: Organizaciones internacionales y tratados, como la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (UNCAC) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), promueven la adopción de prácticas de compliance más estrictas a nivel global. Hace nueve años 193 países firmaron los 17 ODS (Objetivos de Desarrollo Sustentable) de la ONU, comprometiéndose a su cumplimiento para 2030, y cada vez son más las organizaciones que adhieren a ese compromiso.
  • Casos emblemáticos: Escándalos corporativos y casos de corrupción de alto perfil, como los de Odebrecht en América Latina, han sensibilizado a las autoridades y al público sobre la importancia del compliance y la ética en los negocios, llevando a una mayor vigilancia, regulación y adopción.

Estos factores combinados han llevado a que las empresas en América Latina y en todo el mundo pongan un mayor énfasis en la implementación de programas de compliance robustos y en la promoción de una cultura corporativa ética y de cumplimiento. 

Sin embargo, tener una cultura ética y de cumplimiento no sólo es una respuesta a las exigencias regulatorias, de los inversores y de los mercados, sino que también es un buen negocio por varias razones:

  • Reputación y confianza: Una cultura ética sólida ayuda a construir y mantener una buena reputación. Las empresas con buena reputación atraen más clientes, talento y socios comerciales, lo que puede traducirse en mayores ingresos y oportunidades de crecimiento.
  • Reducción de riesgos: Un enfoque proactivo en el cumplimiento y la ética puede reducir significativamente los riesgos de multas, sanciones legales y daños reputacionales. Esto, a su vez, puede evitar costos elevados y proteger el valor de la empresa.
  • Lealtad y compromiso de los empleados: Las empresas que promueven una cultura ética suelen tener empleados más comprometidos y leales. Los empleados que se sienten orgullosos de trabajar en una empresa ética están más motivados y son más productivos, lo que puede mejorar el rendimiento general de la organización.
  • Relaciones con clientes y proveedores: Una cultura de cumplimiento y ética fortalece las relaciones con clientes y proveedores. Los socios comerciales prefieren trabajar con empresas en las que confían, lo que puede conducir a relaciones comerciales duraderas, más estables y beneficiosas.
  • Innovación y sostenibilidad: Las empresas con fuertes valores éticos a menudo fomentan un ambiente donde se valora y se estimula la innovación, la experimentación sin miedo a equivocarse y la sostenibilidad. La ética en los negocios puede impulsar la creatividad y el desarrollo de productos y servicios que no sólo son rentables, sino también responsables y sostenibles.
  • Ventajas competitivas: En mercados donde los consumidores están cada vez más preocupados por la ética corporativa, las empresas que demuestran un compromiso con la ética pueden diferenciarse de sus competidores. Esta ventaja competitiva puede ser crucial para ganar parcelas del mercado y para fidelizar a los clientes.
  • Prevención de fraudes y corrupción: Una cultura de ética y cumplimiento puede ayudar a prevenir fraudes y prácticas corruptas dentro de la organización. Esto no sólo protege los activos de la empresa, sino que también asegura un ambiente de trabajo justo y equitativo.
  • Largo plazo y sostenibilidad: Las empresas con una cultura ética están mejor posicionadas para el éxito a largo plazo. Las prácticas responsables y sostenibles aseguran que la empresa pueda adaptarse y prosperar en un entorno cambiante y cada vez más consciente de la ética y la responsabilidad social y ambiental.

En resumen, una cultura ética y de compliance no sólo cumple con las exigencias externas, sino que también aporta beneficios significativos a la empresa, mejorando su reputación, reduciendo riesgos, aumentando el compromiso de los empleados y proporcionando ventajas competitivas.

José C. Nordmann
Chief Compliance Officer
Asociado a WCA (World Compliance Association)
SME en Fraudes Digitales en tiempo real
Miembro del Consejo Mundial para un Planeta más Seguro
Miembro de ACFE (Association of Certified Fraud Examiners)
Miembro del i2 Group Worldwide Advisory Board