Coronavirus: reflexiones desde la madriguera

Que no sabemos lo que nos pasa: eso es lo que nos pasa.

                                                                   José Ortega y Gasset, filósofo español            

Intentando ver el quinto lleno del vaso, uno de los primeros efectos positivos es la supresión temporal del síndrome de la hoja en blanco. Acá vamos entonces con algunos apuntes desde Europa, tras casi una semana de confinamiento a causa del Coronavirus.
Hace un par de meses nadie preveía una situación como la que se está viviendo. Esa enfermedad que ocurría allá lejos, se trataba de un problema endémico, lejano, raro, chino. Hasta le quisieron poner “virus de Wuhan”. Ignoradamente inesperado, no faltaron voces para objetar la directiva de cancelación del Mobile World Congress 2020 en Barcelona. ¡Qué razón tenían esas indicaciones!

En estos días el coronavirus COVID-19 nos ha empujado a una nueva “covida” con los vecinos. Por estas latitudes, quien más, quien menos, ha asistido a esa encomiable furia positivista, traducida en actividades barriales desde los balcones, que nos ayudan a seguir adelante. Los que cantan desde la ventana, los que organizan el bingo de pretil a pretil, los que aplaudimos cada noche al personal médico que se la juega en la línea de fuego.
Es también un tiempo de acercarse y darse soporte y soportarse, donde la familia se ve obligada a revisitar su espíritu fundacional y de trabajo en equipo. Nuestro rato de ejercicio al aire libre se divide entre pasear al perro y salir de compras. Y nunca de a dos, porque entonces sería un paseo y por tanto infracción ciudadana en estos tiempos de derechos necesariamente intervenidos.
Cada comunidad, cada país, está empujado a reaccionar rápidamente. En esta ocasión, la prueba con el coronavirus le tocó primero al hemisferio norte. Los rincones del planeta que se van sumando a esta estadística infame, tienen que aprender de lo bien hecho y de los costosos errores. Ha de ser por lo tanto un momento de unidad en la coordinación, en los ejes social y político, sabiendo que no faltará el que quiera engrosar su cuota de protagonismo social y político –pequeñas miserias del género humano que debemos ignorar.
Como nunca antes, nos inundan medios de información en volumen, variedad y velocidad. Parecería que la humanidad necesitara cada tanto una saturación de este tipo, aunque el listón está cada vez más alto. Con ello, terminamos destinando parte de nuestro día a clasificar separando qué es veraz de qué es fake, que información es imprescindible, qué memes vale la pena reenviar…
Quienes tenemos el privilegio de poder continuar con nuestro trabajo, somos también testigos de cómo se ve afectado el tejido social. Porque podemos seguir produciendo con el teclado y la webcam, mientras que alguien ahí fuera tiene que cosechar las papas, distribuirlas, y venderlas, pero también hay muchos que no podrán estar en su puesto laboral. Esa situación también debe ser prevista, y corren con ventaja aquéllos países que tienen estos (¿quince?) días de diferencia con el norte.

Yendo a nuestro día a día laboral, hemos de valorar las opciones para trabajar en equipo con que hoy contamos, con herramientas de colaboración que nos permiten interactuar en cualquier momento, y sobre todo ¡en forma aséptica! En España, en la segunda semana de marzo aumentó un 60% la venta de laptops por efecto de la crisis sanitaria causado por el coronavirus. Y es que gracias al trabajo remoto, podemos hablar y vernos, compartir contenidos y escribir en un documento en forma conjunta. Las redes privadas virtuales nos ponen “en la oficina” a un nivel que nunca antes habíamos experimentado. Con todo, debemos estar atentos a usar bien estos medios, haciendo nuestra parte de organización: agendas compartidas, respeto a los horarios, y sobre todo, constancia en el encuentro y en la comunicación.

En un tiempo seguramente esto habrá pasado, dejando un mundo muy diferente, y a muchos, un poquito más sabios, algo más curtidos. Ojalá que el costo sea el menor posible y que esta experiencia nos haya enseñado más sobre nosotros mismos, como colectivo global.

Fernando López Bello  @fer_lopezbello

Ingeniero en Computación, PMP
Especialista en Big Data

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