Abriendo caminos
Hace un par de años decidí radicarme en el interior del país. Vivir allí, lejos del estrés de la ciudad, el tránsito y otras cuestiones. Quería ganar en tranquilidad y tiempo con mi familia.
Soy oriunda de Bella Unión, departamento de Artigas, que es la ciudad más distante de la capital, dentro de Uruguay. Es una ciudad pequeña, que en toda la zona de influencia, tiene una población de algo más de 17.000 habitantes . La principal fuente de trabajo para la zona es el sector primario (producción de caña de azúcar, hortalizas, arroz y algunas otras), industria (ALUR) y el comercio, donde se destacan los free shops por ser una ciudad que tiene frontera con Brasil y Argentina. Los puestos de trabajo especializados son escasos y por tanto los ingresos familiares promedios son bajos .
Considerando todo, a principios de 2017 decidí renunciar al crecimiento profesional o al menos, estar dispuesta a hacerlo, ya que el futuro laboral era incierto e instalarme con mi familia en Bella Unión.
Instalada en el interior y trabajando a distancia para la oficina en la capital del país, realizando viajes frecuentes, me eran evidentes dos realidades contrastantes. Por un lado, una oficina instalada, firmando alianzas internacionales que prometen mucha carga de trabajo, pero a la que le cuesta conseguir recursos capacitados y dispuestas a integrarse al equipo. Se suma a esto, el hecho de que quienes ya integran el equipo, reciben ofertas laborales para integrar otras compañías, lo que hace que algunos miembros del equipo se vayan. Por otra parte, en el interior, me encuentro con jóvenes capacitados, quienes por diversos motivos no quieren o pueden radicarse en otras ciudades. Muchos de estos jóvenes, al finalizar sus estudios, se incorporaban a otras industrias por falta de oportunidades laborales de TI en el interior. En este punto, fue fácil ver que teníamos una buena oportunidad para instalar una nueva oficina en el interior del país.
Y comenzamos a discutir la idea, darle forma, ir concretando objetivos, hasta que llegó el día de formalizar la oferta laboral. Se presentaron mucho más jóvenes de los que necesitábamos para nuestro primer paso. Algunos de ellos, finalizaban sus estudios de TI en el interior. Otros los habían terminado hacía un tiempo y algunos otros se encontraban incorporados al mercado laboral en la capital. Todos tenían en común, el hecho de querer vivir en el interior del país, por el motivo que fuese.
Formamos el equipo. Comenzamos, como con cualquier equipo, por la capacitación en las herramientas, metodologías y cultura organizacional de Quanam. Nuestra intención fue convertirlos en un equipo más de la organización. Poco a poco se fueron desarrollando las habilidades, sin grandes diferencias entre los procesos de capacitación de los equipos conformados en la capital o en el interior. Hoy en día, ya nos encontramos produciendo software bajo los estándares de calidad establecidos en Quanam. El aprendizaje claramente continúa, como el de todos quienes trabajamos en esta industria.
En cuanto a mi rol de líder, la principal dificultad que encontré fue la de comunicación. No es lo mismo trabajar lado a lado que hacerlo a cientos de kilómetros. Me ayudaron mucho las herramientas de videoconferencia. Es bueno vernos las caras y gestos para comunicarnos. Se transmite mucho a través de estos. Utilicé dichas herramientas tanto con técnicos de Quanam para la comunicación periódica, como así también con los clientes. En este período, incluso con personas a quienes no conocía, logré establecer vínculos amenos.
Por otra parte, no ha afectado el desempeño la velocidad de la transmisión de datos. Hoy el Uruguay cuenta con una muy buena infraestructura de comunicaciones que permiten iniciativas similares en cualquier rincón del país. De hecho, de no contar con dicha infraestructura, esta iniciativa no hubiese sido posible.
Lo mejor que he visto hasta el momento de esta nueva etapa, es las ganas que tienen los jóvenes que se han incorporado al equipo de superarse y aprender. Atesoran el hecho de incorporarse a la industria de TI.
¿Qué nos espera en el futuro? ¡Quién puede saberlo! De momento, es un gran ganar-ganar para todas las partes.
Gigliola Yemini @GigliolaYemini
Ingeniera en Computación, PMP
Especialista en Data Analytics & Information Management